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El gran timo del perdón de la deuda autonómica
Los «indepes», aunque rabien, tienen que tragar con un «café para todos» que al Gobierno le sirve para poner en un brete al PP, sobre todo en Andalucía, el territorio que quiere reconquistar el PSOE con, ¡casualidad!, María Jesús Montero
Jean François Revel (1924-2006), no por muy citado menos certero, comenzaba su libro «El conocimiento inútil», con una frase lapidaria: «La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira». Existen dudas razonables de que la «vice» María Jesús Montero conozca la referencia, lo que no le impide aplicarla con su desparpajo habitual –confuso, eso sí– al pie de la letra. El perdón de la deuda autonómica, por importe de 83.252 millones de euros, es una mentira tan gigantesca como descomunal la trampa –difícil de sortear sin costes importantes– que el Gobierno tiende al PP de Feijóo. Por partes. La deuda, diga lo que diga la ministra, sigue y seguirá ahí. No desaparece, ni mucho menos y la pagarán los mismos de siempre, aunque no todos en la misma proporción. Lo único que ocurre es que esos 83.252 millones –de ellos 17.104 de Cataluña– se apuntan en otro sitio, pero hay que pagarlos y eso lo tendrán que hacer todos los españoles, catalanes incluidos y también los andaluces. Cataluña, Andalucía y Valencia son las tres Comunidades más beneficiadas por el timo gubernamental; mejor dicho, los ganadores de todo esto son los gobernantes de esas comunidades –no sus ciudadanos– que, una vez más, podrán volver a endeudar a su población. La deuda autonómica, al pasar, por designio del Gobierno –y sobre todo para que ERC y Junts, en menor medida, se apunten un tanto–, de un sitio a otro, sigue viva, es decir, hay que pagarla. Es probable, seguro, que para hacerlo, el Estado –que también comprende a Cataluña, Andalucía y Valencia– deba endeudarse todavía más en los mercados. Un timo, casi tan burdo como el histórico de la estampita, que solo puede engañar a quien quiera dejarse engañar por sí mismo o por sus representantes políticos. El engaño, por grosero que sea, incluye un componente político fundamental. El Gobierno tenía el compromiso con los «indepes» de apuntar esa deuda en la «barra de hielo», pero para que sea algo presentable ha incluido a todas las Comunidades con deuda con el Estado, entre las que no están, por cierto, ni Madrid ni el País Vasco. Los «indepes», aunque rabien, tienen que tragar con un «café para todos» que al Gobierno le sirve para poner en un brete al PP, sobre todo en Andalucía, el territorio que quiere reconquistar el PSOE con, ¡casualidad!, María Jesús Montero. ¿Quién se va a negar a un perdón de deuda? Es una trampa para elefantes, difícil de sortear, que no perdona nada, solo lo cambia de sitio y confirma que la mentira florece en España y es la primera de las fuerzas que dirigen el mundo, como advirtió Revel.
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